Hoy, para entender del todo a Carlos Herrera –que sin quererlo habla medio en vasco, catalán y gallego–, he tenido que echar mano del Corominas (edición extendida, vol. IV). La RAE no llegaba. Nivelazo léxico.

El domingo, para entender en su intregridad a Cervera, otro columnista liberal que no hace ascos ni al argumento ad hominem ni a la ofensa personal, me tuve que ir –bonita excursión– hasta el diccionario de 1726. Dejo aquí los testimonios de lo anteriormente dicho.

 

Herrera