Al noroeste de Francia, más allá del País de Maupassant, está la región del Norte-Paso de Calais. De allí vienen directores de cine habitualmente tan desesperanzados como Xavier Beauvois –en nuestra cartelera con una película más esperanzada que de costumbre– y Bruno Dumont. La última película de Dumont –director que no viene de los goyas sino del Goya más desesperado, el que pintara la naturaleza humana es su estado más terrible e irremediable– trataba sobre los furores que desata la fe cuando Dios se escribe con mayúscula y es tan Único y Verdadero que no hay nada como inmolarse por él, gozosamente. La película de Xavier Beauvois titulada en francés Des hommes et des dieux –los hombres, las personas físicas de cualquier clase y condición por delante, antes que los dioses, ese invención humana– y en castellano al revés –De dioses y hombres–, más que nada habla de dioses con minúscula. Así es desde la cita que precede a la película: “Todos vosotros sois dioses”. Este Beauvois más esperanzado que de costumbre parece estar hablando de los dioses de la Razón: del altruismo, de la solidaridad, del hombre libre de miedos y cadenas, dueño de sus actos y de su destino. Y la Razón solo se sostiene en la fe en el hombre. Los siete u ocho monjes de Xavier Beauvois, esos frailes tan raros que leen las crónicas de L’Equipe y las Cartas persas de Montesquieu, empiezan en un pasillo oscuro. Un oscuro pasillo era el eje de la vida de las misioneras de 7 mujeres. En aquella película de John Ford, llegados los bárbaros, una mujer no creyente decidía sacrificarse para que una comunidad de religiosas –entre las que no faltaba alguna privilegiada representante del dogmatismo más furioso– tuviera la oportunidad de empezar de nuevo, de una manera mejor. Beauvois cuenta en la suya algo parecido: hombres de una creencia se sacrifican amargamente –no gozosamente– para que los de otra quizá tengan la oportunidad de encontrar el famoso paso al noroeste por donde se dice que andan perdidos dioses y utopías.
John Ford: 7 Women
Antiguo territorio Maupassant