«Alicia le miró con lástima:
—Vendarse la cara es bueno para el dolor de muelas –dijo.
—Y es muy bueno para la presunción –añadió la Avispa.
Alicia no llegó a oír bien la última palabra:
—¿Es una especie de dolor de muelas? –preguntó.
La Avispa meditó un instante:
—Pues no –contestó–. Es cuando yergues la cabeza, así… sin doblar el cuello.
—¡Ah, lo que usted quiere decir es tortícolis! –exclamó Alicia.
—¡Esa palabra te la acabas de inventar! ¡En mis tiempos –añadió la Avispa– se decía presunción!»

Rev. Charles Lutwigde Dodgson, alias Lewis Carroll