Javier Eder

Me sumo a la idea de un museo subterráneo en la Plaza del Castillo. Peor que un parking con la turbia, turbulenta historia de ese parking, no puede resultar. Pero, si se puede fantasear, el museo que a mí gustaría más es uno interactivo —multimedia y multidisciplinar, sí, y abierto, como la Wikipedia: en incesante crecimiento por obra de la libre voluntad de expandir el conocimiento—. Un museo que, en su cronología, fuese del Sapiens a la Speculatrix; del paleolítico a la frenética era de las obras barcinienses; de lo que convencionalmente se ha llamado «la Edad del reno» hasta «las Edades del Reyno». lascauxVamos, un museo que fuese de una edad de oro a otra. Breuil y Bataille —y Oteiza, que los habría leído— situaron la Edad de oro en la Edad del reno. Grecia no es el milagro, dice Bataille: el milagro es anterior. En Grecia es ya de día, luce y de qué manera el sol; pero el milagro de la luz ha nacido en la oscuridad de las cavernas. Habrá otras capillas sixtinas, dice Breuil, pero ninguna como las de la Edad del reno. En materia artística, vendrán Miguel Ángel o Goya, pero nunca se ha llegado más lejos que cuando el reno, sostienen uno y otro.

Oteiza, que habría leído todo eso, sitúa tras la Edad del reno la incesante cuesta abajo: la que nos lleva desde el Sapiens hasta la Speculatrix. De la Edad de oro al frenesí de los viles metales: los que tintinean cuando las excavadoras barcinienses entran en acción por el subsuelo. Ya lo dijeron en el áureo congreso de UPN: vivimos otra edad de oro. Eso tendría que verse —«visualizarse», que se dice hoy— en un museo tecnológicamente avanzado. Uno en el que el programa Google Earth mostrase fotos de satélite más claras que las actuales, en las que la piscina barciniense sólo se adivina desde el cielo. Fotos de los distintos estratos de la ciudad sobre las que se pudiese ir documentado sin fin, día a día, como en la Wikipedia, la historia que va de los tristes vestigios de antaño a los esplendores especuladores de hogaño.

Publicado en Diario de Noticias, en marzo de 2006