20 años atrás, en las mazmorras de la editorial Pamiela, Pablo Antoñana presenta la reedición de su novela La cuerda rota, que en 1962 había quedado finalista del Nadal, pero el editor de Destino (Bergés), temeroso de la censura, consideró más prudente no publicarla. El asunto de La cuerda rota sigue desde entonces de actualidad: el paso clandestino de fronteras en la huída desesperada de la miseria.

 

Con la debida gratitud para con Mercedes Álvarez, que me consiguió hace 20 años estas imágenes ahora recuperadas.