Qué lejos queda aquella película documental de los hermanos Maysles en la que cuatro incombustibles vendedores a domicilio intentaban colocar una Biblia de 40 dólares a gente que ni por asomo tenía 40 dólares y que, en el ejercicio de su derecho constitucional, entreabría la puerta con un rifle. Aquellas ventas suponían unas escaramuzas, unos combates dialécticos de altura épica. Qué lejos de aquellas imágenes una imagen actual que no por recurrente deja de sorprenderme cada vez que la veo: el feliz autor de un nuevo libro, tras la consabida y al parecer inevitable rueda de prensa anunciadora de la buena nueva, posa ante la cámara y muestra ostensiblemente la criatura que acaba de traer al mundo. ¿Cómo se llega a esas fotos? ¿Es el editor, el [...]