Olor a santidad
Eder2018-07-27T16:38:29+02:00Entre las imágenes terribles de la guerra civil está la del padre Morilla, párroco de Durango, muerto mientras celebraba misa. En la imagen se ve su inmensa corpulencia, abatida al pie del altar, emergiendo entre los cascotes. El techo de la iglesia se le vino encima cuando los trimotores italianos de la aviación fascista soltaron sobre el núcleo urbano sus once toneladas de bombas. Mola había prometido el día anterior arrasar Vizcaya y las amenazas de Mola no solían ser metafóricas. El padre Morilla no fue, ni mucho menos, el único eclesiástico que perdió la vida en aquel bombardeo indiscriminado de población civil. La respuesta a la pregunta, hoy formulada por algunos, de por qué Roma no beatifica a esos otros «mártires», hay que ir a buscarla [...]